miércoles, 17 de noviembre de 2010

sublevación del gesto



el pasamanos grasiento-tomado por mangas

un grupo de individualidades recién cortadas viajan sus perfiles

van y rebotan sobre las ventanas que ya quieren tomar por manifiesto el silabeo

el ambiente se torna intratable

un periódico se abre y quiere manifestarse

anunciar desde su última página una suerte de interacción sonora

es en vano (empezar con otra mala noticia)

sube otro grupo y terminan por conjugarse ni mirarse

legañas perpendiculares que acaban siempre dudando en la chalina

sin reconocerse siquiera la procedencia del nudo familiar

y no hay forma de saberlo

hay asiento posterior y humores que no bajan con sus cuerpos

nadie se detiene en sus pupilas que parecen irse sin mucho quehacer

individuos apretujadamente unidos

los anteojos en su intento de ser útil sonríen con dificultad

el color manotea desde adentro pero no llega a tanto

sólo un par de caras sostenidas por el amor de sobre-instántaneo

piensan en sus tamaños de ayer y se empinan el peinado con insatisfacción

igual no hay manera de saberlo

este frío parecido a todas partes con rincones iguales y paraderos sembrados

trazando una ciudad con el silencio raspado en el motor

otro pantalón que sube

el iPod sentado sin gestos

falta poco para llegar al movimiento total

los guantes resbalan del pasamanos

miran a la puerta como si tuviera un rostro familiar

quieren bajar ya

las calles se anuncian en paredes amoratadas

después de todo despegan sus miradas e

incluso

se animan a sonarse las bocas

viernes, 5 de noviembre de 2010

híbrido





me habré sentado sólo unos minutos

todo este tiempo he estado parado
buscando algo más que ventanas o cómo se llamen
comiendo al compás del ánimo y releyendo siempre tres libros
intentando una distancia más larga y entretenida
donde mis pasos se sucedan sin círculos ni mareos
incluso estaría dispuesto a formar parte de cualquier porcentaje
si tan sólo me acercaran unas manos
para recobrar mi naturaleza y dejar de ser sólo uña
estaría dispuesto a dejar de contradecir al tiempo
y dejarme crecer de una vez por todas hasta llegar a hojarasca
si tan solo algo o alguien diese con mi mirada
desmontaría un par de roles innecesarios
y recogería el tenedor asustado al tenedor
porque todavía tengo rezagos de mi esperándome cuando esté listo para partir
y dejar estas rejas

y cambiar de balcón