lunes, 5 de diciembre de 2011

hombre envase







nada me ocurre



podría moverme metafóricamente

utilizar a ese poco al que diariamente llego

a lo que se expone y entre dátiles grasosos saltearme el momento más exigente y continuar con la mesa servida

podría incluso hacer como si me destapara con un pensamiento vertical y aparecer en mis antípodas estelares

pero la poesía nunca me ha ocurrido

ni como sugerencia para moverme de mi comodidad





nada más interesante que la quietud impresa en mis días sin boca

cómo decirlo
cuando creo ya tenerla
el quicio entre la noche abierta y el cielo recién parido terminan por ajustarme la jornada sin mayores informes


y luego la inquietud de ojos en vaivén repasando cada cosa de la cocina-sala-comedor sin gloria con la aparente pena a punto de un simbólico brote ristral



podría cambiar esta sombra elegiaca que hace las veces de mi por la palabra demudar

pero a estas alturas lo mejor es seguir atento sobre mi memoria entrelazando los vacíos que el desempleo de mi razón me otorga



y claro



toda la floritura hecha por mis pasos para con su cabeza levantan sus huellas con la estridencia que ha de sonarle a mis silencios llenos



nada nada el humano nada poderoso

sentado y reflexivo con su contar de dedos
corren las horas por mi 1 1/2
las historias se amanan mecánicamente ante
la inanición creativa desangrada con todas mis ganas


sé que no es buen momento para estar de buen humor



sé también que las sonrisas pesan más que las anteriores

sobre todo si a aquel género de labios hay que salir a buscarlos


y bueno lo demás es copiar y pegar copiar y trenzar




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